La tradición nació a principios del siglo XX.
Cada vez que el FC Barcelona levanta un trofeo importante —ya sea LaLiga, la Champions o la Copa del Rey—, hay un rincón emblemático en la ciudad donde la emoción explota: la Fuente de Canaletas, ubicada al inicio de la icónica Rambla. Este pequeño pero simbólico lugar se ha consolidado como el epicentro de los festejos azulgranas, donde la hinchada se congrega para vivir en comunidad los triunfos del club.
La historia de esta tradición se remonta a las primeras décadas del siglo XX. En aquel entonces, frente a Canaletas se encontraba la redacción del diario deportivo La Rambla, que solía exhibir en su vidriera los resultados del equipo.
Para los aficionados que no podían asistir al campo, ese era el sitio ideal para seguir las novedades del Barça. Con el tiempo, lo que empezó como un simple acto informativo terminó convirtiéndose en un ritual de celebración colectiva. Si el equipo ganaba, la fiesta nacía allí mismo. Así fue como Canaletas se transformó en un símbolo ineludible del orgullo culé.

Símbolo emblemático del FC Barcelona
La fuente, discreta pero cargada de identidad, se encuentra en el número 133 de La Rambla, en la intersección con la calle Pelai, a pasos de la Plaza de Catalunya. Con el paso de las décadas, miles de aficionados se han dado cita en ese punto cada vez que el club ha escrito una nueva página gloriosa. En cada celebración, el entorno se viste de azulgrana y la ciudad entera parece latir al ritmo del equipo.
Llegar hasta Canaletas es muy sencillo. Desde cualquier lugar de Barcelona, basta con tomar el metro hasta la estación “Catalunya” (líneas L1 o L3), y caminar unos minutos hacia el sur por la Rambla. También hay múltiples conexiones por tren o autobús, ya que se trata de una de las zonas mejor conectadas de la ciudad.
Pero más allá del fútbol, Canaletas es algo más profundo. Es un espacio donde se cruza la identidad barcelonista con la vida urbana. Celebrar allí no es simplemente una costumbre: es una manifestación de pertenencia, un acto de memoria compartida y un reflejo del amor por los colores del Barça.