El encuentro tuvo el ingrediente emocional del adiós de Luka Modric y Carlo Ancelotti.
El Santiago Bernabéu vivió una noche cargada de emociones intensas, marcada por el adiós de dos figuras inolvidables en la historia del club: el entrenador más exitoso de todos los tiempos, Carlo Ancelotti, y el futbolista con más títulos en la historia del Real Madrid, Luka Modric.
El estadio se llenó de nostalgia y lágrimas, mientras Kylian Mbappé firmaba un doblete ante la Real Sociedad, acercándose un paso más a conquistar la Bota de Oro.
Más que un partido, fue una despedida con sabor a final de época. El marcador pasó a un segundo plano frente a la magnitud del momento. El presente se vio eclipsado por la grandeza del pasado que se marchaba. Con el telón bajando sobre una etapa dorada del madridismo, Mbappé mantenía viva su lucha personal por ser el máximo goleador europeo, pero en el ambiente flotaba la tristeza del adiós definitivo a un ícono: Modric.
El mago croata jugó sus últimos minutos con la camiseta blanca sobre el césped que lo vio brillar durante más de una década. Mientras tanto, el técnico Ancelotti, en una segunda etapa tan brillante como inesperada, cerraba su ciclo habiendo ganado absolutamente todo, dejando un listón altísimo para quien tome su lugar. Ese relevo ya tiene nombre: Xabi Alonso.

Llegó el momento del adiós
La emoción alcanzó su clímax en el minuto 83, cuando Lucas Vázquez fue sustituido y el Bernabéu comenzaba a despedirse. Entonces, Vinícius trazó un pase al espacio que Mbappé convirtió en gol con un disparo quirúrgico al poste. Pero eso era apenas el telón de fondo. Lo realmente importante estaba por suceder.
El juego se detuvo para dar paso a la despedida de Modric. Los jugadores de ambos equipos formaron un pasillo de honor. Al final de ese pasillo, su esposa y sus tres hijos lo esperaban, mientras la afición, de pie, rompía en aplausos, llanto y ovaciones que estremecieron el estadio. Entre los abrazos más sentidos, el de su inseparable compañero Toni Kroos, quien apareció para despedirse con un gesto que quedará en la memoria.
Una pancarta lo resumía todo: “Gracias Luka, tu gloria ya es eterna”. Palabras que representan el cariño, el respeto y la admiración de todo el madridismo hacia un jugador irrepetible, cuya forma de entender el fútbol traspasó colores y fronteras.
Si alguien te pregunta qué significa ser un 10 en el fútbol, enséñale esta foto. pic.twitter.com/dweewt3As3
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) May 24, 2025