El Barça le transmite calma, pero el futbolista quiere garantías de que no habrá problemas con su inscripción
La operación para que Nico Williams se convierta en jugador del Barcelona continúa generando incertidumbre. La semana pasada, la situación dio un giro inesperado cuando el representante del extremo solicitó garantías formales de que su cliente no tendría obstáculos para ser inscrito correctamente en LaLiga y que desde el primer día se sentiría parte del club catalán.
Esta exigencia cayó como un jarro de agua fría en las oficinas del Camp Nou. Algunos directivos culés comenzaron a mostrar reservas sobre la incorporación del atacante del Athletic Club, interpretando la petición como una muestra de desconfianza. Aunque desde el entorno de Nico solo buscaban certezas en un proceso delicado, los recuerdos de los problemas del verano pasado resurgieron y sembraron nuevas dudas.
La sensación de desconcierto se intensificó entre ciertos dirigentes del Barça, que consideraban que todo estaba encarrilado, cuando en realidad el acuerdo final —la firma del contrato— aún no se había concretado. Cabe señalar que el presidente Joan Laporta declaró recientemente que el club está en condiciones de pagar una cláusula de rescisión, sin mencionar nombres, pero en alusión al fichaje del extremo, cuyo coste es de 58 millones de euros más el ajuste del IPC.

Promesas, ejemplos… pero sin garantías
El entorno de Nico Williams fue tranquilizado con argumentos que intentaban disipar sus temores. Se les aseguró que no habría mayores dificultades y que el jugador sería registrado sin sobresaltos, como ya ocurrió en casos recientes. Se mencionaron ejemplos como Dani Olmo y Pau Víctor, quienes finalmente fueron inscritos sin inconvenientes. Sin embargo, esas referencias no fueron suficientes para convencer al representante de Nico, que sigue exigiendo claridad absoluta antes de dar el paso definitivo.
Basta con recordar lo que sucedió con Íñigo Martínez: cuando fichó hace dos veranos, estableció el 15 de agosto como fecha límite para ser oficialmente parte del equipo. Si no se cumplía ese plazo, el central tenía la posibilidad de buscar otro destino, mientras que el club azulgrana estaba obligado a asumir el pago de un año completo de contrato.