México se prepara para Trump, esta vez las cosas serán diferentes.
Por segunda vez en menos de diez años, México se prepara para iniciar negociaciones con Donald Trump, el presidente electo, quien ha amenazado al país con altos aranceles, deportaciones masivas y posibles ataques militares a los cárteles. La situación es crítica para los 130 millones de habitantes de México, dado que el país es extremadamente dependiente de Estados Unidos, enviando cerca del 80% de sus exportaciones al mercado estadounidense.
Los principales negociadores de México han adoptado una postura más asertiva en esta ocasión. Algunos de ellos podrían recurrir a la experiencia adquirida durante el primer mandato de Trump, cuando el presidente populista mexicano Andrés Manuel López Obrador logró una relación cercana con el entonces presidente de EE.UU., lo que permitió a México evitar aranceles elevados a cambio de aceptar medidas para frenar la migración.
La actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha marcado el tono de este nuevo acercamiento, utilizando un lenguaje conciliador hacia Trump, pero también expresando firmeza con promesas de que México podría responder con sus propios aranceles como represalia.

“Nos coordinamos, colaboramos, pero nunca nos subordinamos”, dijo Sheinbaum en un discurso pronunciado este mes.
México se ha vuelto importante para la economía estadounidense
La relación económica entre México y Estados Unidos ha experimentado un cambio significativo desde la última administración de Donald Trump, particularmente debido a la interrupción de las cadenas de suministro globales ocasionada por la pandemia de coronavirus.
En 2023, México superó a China como el principal socio comercial de Estados Unidos en términos de bienes, ya que los fabricantes trasladaron sus operaciones a México para estar más cerca del mercado estadounidense.
Los lazos comerciales entre ambos países se estrecharon aún más el año pasado, cuando México superó a China para convertirse en la principal fuente de importaciones de Estados Unidos y el principal destino de las exportaciones alimentarias estadounidenses.